martes, 7 de junio de 2016

De cuando Carolina Coronado ayudó a José de Espronceda.

Me contaban el otro día una historia sobre la cual pensé de inmediato que tenía que compartir con ustedes. Esta historia tiene como protagonistas a dos de los grandes poetas que forman parte de la tradición poética española: Carolina Coronado, de la que hablaremos en este blog y José de Espronceda, del que ya hemos hablado. Lo cierto es que no he encontrado referencia ni alusión al respecto, pero en cualquier caso no deja de ser interesante.

Centrándonos ya en la historia, esta decía que José de Espronceda andaba huyendo de sus captores cuando pensó en ir a refugiarse a los brazos de su gran amiga y coetánea Carolina Coronado. Nuestro poeta acudió a la casa de la poeta y esta, ni corta ni perezosa, le dijo a los captores que no sabía nada. Resulta que lo había tapado con una sábana y se había sentado en la espalda del poeta, estando este, como si así se hubiese ido su grandeza tan de sopetón, a cuatro patas.

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